Rafa Nadal se ilusionó en Roland Garros, pese a perder en una criminal primera ronda con el alemán Alexander Zverev. La realidad de la grave lesión de cadera, de la que se operó en junio de 2023, se plasmó con toda su crudeza en los Juegos Olímpicos. El doble campeón, individual en Pekín 2008 y de dobles en Río 2016, quedó lejos del podio pese al mediático e icónico par formado con Carlos Alcaraz, entendió que su fin estaba cerca al ser vapuleado por Novak Djokovic en la tierra parisina, el templo de catorce de sus veintidós títulos de Grand Slam.
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Autor: Manuel Ángel Fernández Rigueira